La escuela también cuenta
Por Gerardo Codina
Para Eli el ingreso a primer año significó mucho. No sólo porque dejar atrás la primaria es un cambio enorme para cualquiera, sino porque pudo hablar de lo que había callado durante tres años. Que en la escuela se hablara de educación sexual y que hubiese allí alguien dispuesta a escuchar lo que le había pasado, hizo la diferencia.
Había sido abusada por un novio de una prima de la madre, un fin de semana que pasó con ellos. Lo sabía y odiaba lo sucedido, pero no se animaba a hablarlo. Temía que sus padres se violentaran y se expusieran a situaciones peligrosas, si pretendían hacer justicia por mano propia. Tampoco quería hablarlo delante de su hermanito, seis años menor, algo obligado por las pequeñas dimensiones de su vivienda. Entonces se calló. Sólo rechazó la posibilidad de volver a esa casa a solas.
Pero que no se reiterara el abuso no resolvía lo que sí había pasado y la violencia padecida. Cuando la tutora de su curso les dijo que iba a estar disponible para escuchar lo que los alumnos quisieran decirle, no dudó.
Habían estado hablando de la sexualidad en la clase de biología y todos los recuerdos se le agolparon. Necesitaba exorcizarlos.
La profesora agradeció su confianza y no la defraudó. Junto a la dirección de la escuela, acordaron con Eli que sus padres debían conocer lo sucedido y los citaron. El poder hablarlo en la escuela con ellos por primera vez, también permitió que fueran asesorados sobre los pasos legales a seguir. Así se abrió la puerta de la intervención judicial y de la reparación legal del daño sufrido por Eli. Algo que ella, a sus 13 años, no iba a poder hacer sola.
Ahora Eli pudo decir todo lo sucedido ante la Justicia y espera que el responsable sea sancionado. La ley nacional que estableció la Educación Sexual Integral tiene tres años más que Eli de vigencia, pero todavía es discutida por aquellos que argumentan que la sexualidad es un tema reservado a las familias. Lo que le sucedió a esta niña muestra que, por el contrario, la escuela también cuenta como lugar de protección de derechos. Y que es necesario que esté dispuesta a escuchar a las chicas y chicos que sufrieron su vulneración.